En la actualidad, cada vez son más las personas que se unen a la concienciación del cuidado del medio ambiente y su cambio climático. La huella de carbono por su parte, influye en la contaminación y afecta de gravedad a la atmósfera, teniendo como consecuencia el aumento de temperatura y dispersión total del calor que llega del sol.

Como puede notarse, la huella de carbono debe reducirse a como dé lugar para evitar daños que puedan ser perjudiciales a nivel ambiental en el futuro. Pero, ¿Cómo se logra? No te preocupes, a continuación, te mostramos como es posible reducir la huella de carbono y seguir favoreciendo de forma consciente la protección del medio ambiente. ¡Comenzamos!

¿En qué consiste la huella de carbono?

A diario realizamos diferentes actividades que, para nosotros es muy cotidiano y, en algunos casos forman parte de nuestra rutina del día a día. Aquí entran actividades como alimentarse, utilizar los recursos de energía eléctrica, entre otros. En el caso de las empresas, entran las acciones de fabricación, el transporte y de igual forma el consumo de recursos energéticos.

Todas estas actividades tienden a generar gases de efecto invernadero, también conocido por sus siglas GEI. Todos estos gases se trasladan hacia la atmósfera y se alojan en ella, acumulándose hasta llegar al punto de sobrecalentamiento del planeta.

Esto por supuesto, produce un cambio climático, acelerando las temporadas de calor y haciéndolas cada vez más fuertes.

Para controlar este fenómeno, la huella de carbono actúa como rastreador de los ya pronunciados gases de efecto invernadero e indica como afecta al planeta. Es importante controlar el cambio climático y minimizar las temperaturas altas pues el calor produce efectos desfavorables como el colapso en las corrientes marítimas y en los movimientos atmosféricos, terrestres y dinámicos.

Esto produce como consecuencia la continua extinción de especies, derretir el hielo y el alto nivel del mar, entre otros aspectos de importancia. Es entonces cuando como personas responsables, debemos actuar ante nuestro consumo diario de recursos en nuestras actividades. Para ello, se utiliza la huella de carbono para calcular la cantidad de gases y disminuirla al máximo.

 ¿Cómo se puede calcular la huella de carbono?

Aunque parezca imposible, la huella de carbono se puede calcular con facilidad. Solo es necesario determinar el número de gases de efecto invernadero (GEI) que se invierten en una actividad en específico. Además, se tiene que tomar en cuenta el tiempo que dura dicha actividad y la distancia si lo amerita, como es el caso del transporte. Para entenderlo mejor, te dejamos el ejemplo de calcular la huella de carbono de un coche.

Se estima que un automóvil que utiliza diésel produce 2,70 kg de CO2 por cada litro de combustible que este ha quemado. Ahora, cuando se trata de un auto que usa gasolina como combustible, por cada litro que quema se produce alrededor de 2,30 kg de CO2 o un poco más.

Si cada uno hiciera un trayecto de 100 km, entonces el auto que utiliza diésel produce al menos 20,25 kg de CO2 o un poco más. Y, el coche que hace uso de gasolina genera 19,09 kg de CO2 aproximadamente durante el recorrido. Lo calculamos multiplicando la cantidad de CO2 que produce el coche por la cantidad de litros que quema.

Observamos que la diferencia entre un coche y otro no es tan grande, a pesar de quemar combustibles distintos. En el caso de los autos que son eléctricos, podrían consumir de 5 a 6 kg de CO2 en una trayectoria de 100 km, mucho menos que un coche de combustible de diésel o gasolina.

Reducción de la huella de carbono: consejos para disminuir estos gases en la atmósfera

Ahora que conoces cómo es posible calcular la huella de carbono, te mostramos algunos consejos para reducirla. Es importante que sepas que reducir la huella de carbono es un trabajo que depende nada más y nada menos que de nosotros, pues somos quienes habitamos en este planeta.

Por ende, es vital que se gestionen nuevos hábitos de consumo eficiente de los recursos que invertimos en nuestra rutina diaria, de modo de no afectar al medio ambiente y generar un cambio climático de gran magnitud.

  • Cambia a la energía solar. Su uso es mucho más limpio y natural, por lo que evita la contaminación y la producción de gases de efecto invernadero. Además, el proceso de fabricación de los paneles fotovoltaicos genera muy poca contaminación, la cual es compensada por su capacidad de ser un material reciclable y tener larga vida útil.
  • Si está en tus posibilidades, opta por un coche eléctrico. Como lo hemos observado en el ejemplo anterior, este tipo de autos producen menos contaminación que un coche que utilice gasolina o diésel. O incluso puedes utilizar otro medio de transporte como bicicletas comunes o eléctricas, por ejemplo.
  • La reforestación. Este también es un medio de reducción de la huella de carbono pues plantar un árbol ayuda a reducir al menos 40 kg de CO2 anuales. ¡Imagina plantar más de uno!
  • Mantén el control del consumo de electricidad. Opta por utilizar bombillos LED de bajo consumo de energía, desconecta los equipos y artefactos que no uses y aprovecha la luz del sol por el tiempo que sea posible.
  • Siempre los residuos tendrán salvación y recibirán un segundo y hasta tercer uso. Por ello no olvides reciclar tu basura en tres partes: papel, envases de plástico y vidrios.
  • Ahorra agua. Reduce el consumo de este servicio mientras estás en la regadera, te cepillas, friegas, lavas o riegas las plantas. Recordemos que las compañías de suministro de agua contaminan.
  • Cuida lo que comes. Al disminuir el consumo de carnes rojas estarás contribuyendo con la disminución del CO2 que generan estas industrias.
  • Al comprar, usa bolsas de tela. Esto para evitar la fabricación de bolsas de plástico que fomentan el incremento de la huella de carbono en un alto nivel debido a la gran producción de gases de efecto invernadero durante el desarrollo de esta actividad.

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