Las llamadas de calderas de condensación son calderas de gas que ofrecen un excelente rendimiento gracias a que aprovechan el calor de los humos de combustión y minimizan el consumo del combustible.
Su diseño permite la condensación de manera permanente de los vapores del agua presentes en los gases de la combustión. Son equipos seguros y confiables, aprobados por el RITE para uso doméstico. Las nuevas obras, solo pueden incluir calderas de condensación de acuerdo a la normativa.
Las calderas convencionales pierden calor latente al evacuar los humos, mientras que las calderas de condensación favorecen la recuperación del calor latente, reduciendo la temperatura de los gases y evitando la contaminación.
Las calderas de condensación ofrecen un ahorro en el consumo de energía de aproximadamente un 70%, reducen las emisiones contaminantes de óxido de nitrógeno y dióxido de carbono. En su mayoría, las calderas de condensación comercializadas en el país cuentan con clasificación de bajo NOx.
¿Cómo funcionan las calderas de condensación?
El funcionamiento de este tipo de calderas se basa en la condensación. El vapor cambia de estado gaseoso a estado líquido y genera calor latente, debido a factores como la temperatura y la presión. La condensación a determinada temperatura libera energía y el estado líquido es más favorable energéticamente.
Ventajas de las calderas de condensación
Las calderas de condensación son las más eficientes y seguras del mercado y entre sus ventajas podemos mencionar:
Eficiencia Energética
La eficiencia energética de las calderas de condensación son su principal ventaja, estimándose un rendimiento del 100% de poder calorífico superior, gracias a la recuperación el calor latente derivado de la condensación.
Ahorro
El ahorro en la factura de gas es notable, consiguiéndose un ahorro estimado del 30% si se compara con el consumo de combustible de otro tipo de calderas, lo que a su vez representa un rápido retorno de la inversión, estimándose que, en unos tres años, el ahorro compensará la inversión.
Reducción Contaminantes
Las calderas de condensación reducen la contaminación debido a la baja temperatura a la que funciona, minimizando a su vez la emisión de gases nocivos. Se estima que la reducción del óxido nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono, es de aproximadamente un 70%. Por ello, el RITE, impulsa la sustitución de las caderas antiguas por calderas de condensación, que son más amigables con el medio ambiente y menos contaminantes.
Mejor regulación
Este tipo de calderas se adaptan a las necesidades de los usuarios. Trabaja a potencias bajas, lo que permite que funcione sin pausas, logrando un ahorro considerable en el consumo de combustible.
Menor contaminación sónica
Al estar en continuo funcionamiento, no se percibe el sonido característico de encendido y apagado de la caldera, que puede resultar molesto. Además, el ventilador es modulante, lo que le permite mezclar el aire con el gas, favoreciendo un menor consumo de combustible.
Cómo ahorrar con las calderas de condensación
Si bien, las calderas de condensación ofrecen un ahorro sustancial en el consumo del combustible, con algunos hábitos de consumo podrás ahorrar aún mucho más dinero.
- Utiliza termostatos programables en los lugares correctos
- Regula la temperatura. Para la noche, la temperatura debe estar entre los 18 a 19°C y en el día no debe ser superior a los 21 a 22°C
- Baja las persianas de las habitaciones que no son utilizadas para favorecer una temperatura adecuada.
- Evitar los espacios alrededor de los radiadores para favorecer la transmisión y la distribución del calor.
- No cubras los radiadores con otros objetos, equipos ni ropa.
- Realiza el mantenimiento de la caldera al menos una vez al año
- Asegúrate de purgar los radiadores, como mínimo una vez al año, es algo que puedes hacer por tu cuenta
- Presta atención a la presión de la Caldera. La presión adecuada es de 1,2 bar, pero son aceptables variaciones de hasta el 25%
Siguiendo nuestros consejos podrás conseguir un ahorro sustancial adicional que te permitirá el retorno de la inversión en menor tiempo del que habías previsto.